Tongariro Alpine Crossing, una experiencia única
Al poco de llegar a Nueva Zelanda, hacer el Tongariro Alpine Crossing era un tema que salía de tanto en cuanto en nuestras conversaciones. Siempre la misma dinámica, Marcio me decía que le haría ilusión hacer ese trekking, yo le contestaba que no quería morir tan joven. Al final, y después de un trekking que fue bien, en un momento de exaltación y de sobrevaloración de mis capacidades le dije que claro que lo íbamos a hacer. Y ahora os cuento todo con detalle...
Turangi
Éste fue el pueblo que elegimos para pasar la noche antes de hacer el trekking por un motivo básico: está situado a 25 km (sólo 20 minutos) de uno de los parkings donde se puede iniciar el trekking. Lo que no sabíamos es que sería un pueblo con mil encanto y que el hostal resultaría ser super acogedor.
El hostal lo habíamos reservado días atrás y era de lo más barato de la zona, con lo cual nuestras expectativas sobre el alojamiento eran muy bajas. Tengo que decir, que fue uno de los mejores que recuerdo en Nueva Zelanda; se respira un buen rollismo increíble. El sitio se llama Hostal A Plus Samurai Lodge Backpackers y es el típico hostal ideal: buena ubicación, cocina enorme super equipada, dueño apañadísimo que te da toda la info posible y habitaciones grandes. Un 10, la verdad. Aquí os muestro algunas fotitos.
Si el hostal molaba, el pueblo donde estaba, Turangi, era ya lo más. Me recordaba a los típicos pueblitos que cruzamos en un viaje que hicimos con nuestros colegas a la Costa Oeste. Un pueblo muy limpio, plagaito de zonas verdes, calles anchísimas, casoplones y muuucha tranquilidad. La pena es que íbamos con el pito en el culo, como en toda nuestra estancia en Nueva Zelanda, pero realmente hubiera merecido la pena pasar un par más de noches allí y disfrutarlo con calma.
Tongariro Alpine Crossing
Total, que después de tantas parrafadas aún no os he contado que es el Tongariro Alpine Crossing. Pues bien, se trata de un trekking considerado el de los más bonitos del mundo para hacer en un día. Características del mismo:
- El recorrido es de 19,4 km sólo ida (empiezas en un punto y acabas en otro donde o bien te espera tu coche o bien tienes que pagar a unas furgonetas que te llevan hasta el otro parking donde te espera tu furgo).
- Tiene fuertes desniveles, puesto que hay una diferencia de 1.000 metros entre la parte más baja y más alta del trekking.
- La media es de unas 8 horas de duración (con nieve se tarda más), eso siempre que tengas buena forma física.
- Debido a la gran cantidad de volcanes, hay algunas zonas peligrosas en el recorrido.
- Detalle para los más freaks: Esta ruta es famosa porque aquí se rodaron escenas importantes del Señor de los Anillos, en concreto el Monte del Destino y Mordor.
¿Porqué decidimos hacerlo? Pues no lo sé la verdad, porque Marcio es un pesado y tenía muchas ganas de hacerlo. Esa sería la respuesta más fiel a la realidad. Yo no me sentí capaz desde el principio, ya sudé sangre en la ruta de Abel Tasman y no habían prácticamente subidas ni bajadas. De hecho recuerdo una noche con pesadillas pensando que era la única que no podía subirlo, así que estaba bastante nerviosa la noche de antes mientras hacíamos todos los preparativos. Finalmente, dejé esos pensamientos a un lado, decidimos los últimos detalles del día siguiente, hicimos la mochila que llevaríamos y preparamos dos tuppers de pasta con verduras para el camino del día siguiente.
Dormimos muy poco, nos levantamos a las 5 de la mañana para desayunar y llegar hasta el parking y el día se empezó a torcer a los 5 minutos de despertarme: alguien se había bebido los dos batidos que me había guardado para desayunar. Se levantaron a la misma hora que nosotros 4 alemanes, que aún estaban en la cocina, y cuando vi los batidos estrujados en la basura y que me los habían sacado de la bolsa que había dentro de la nevera con nuestro nombre casi me da un patatús. Supe que habían sido ellos porque se empezaron a mirar raro entre ellos (con cara de: mierda, nos hemos ido a comer el desayuno de la única paloma que se ha levantado pronto) pero como hacía poco que habíamos empezado el viaje y aún no había mejorado mucho mi inglés, no sabía ni como cagarme en sus muelas en un lenguaje que me entendieran, así que me dediqué a mirarlos con cara de ser una chunga y ahí acabó en enfrentamiento.
Decidimos irnos con nuestro coche hasta el parking de Ketetahi, dejamos la furgo aparcada allí y pillamos una furgo que nos llevó hasta el parking de Mangatepopo (bastante caro, ¡30 NZD por persona!). ¿Por qué lo hicimos así? Pues ya os he contado que empiezas en un punto y acabas en otro y lo puedes hacer cómo quieras. Pero si empezábamos la ruta donde habíamos dejado el coche, luego al acabar el trekking que estaríamos reventados tendríamos que esperar a que salieran las furgos para llevarnos al parking donde estaba la nuestra. En este caso, preferimos madrugar un poco más y hacer esto al principio, de manera que, al acabar el trekking, llegaríamos al parking donde estaba nuestra furgo y podríamos irnos sin tener que esperar a nada ni a nadie.
La primera parte del recorrido la recuerdo muy amena. Es primera hora de la mañana, tenemos suerte y nos hace muy buen tiempo, está despejado y a esa hora aún no pica lo suficiente el sol como para impedirnos continuar. Los paisajes son acojonante como podéis ver en las fotos de arriba. Es un paisaje un poco lunar, y el paseo resulta muy agradable.
Tal como os muestro en las fotos de abajo, lo que empieza siendo una ruta agradable se convierte en una tortura en dos puntos cruciales. Antes de llegar a ellos, tengo que reconocer que te encuentras con un cartel de STOP enoooorme que te hace varias preguntas: si está bien el tiempo, si llevas el equipamiento adecuado y si estás suficientemente en forma. Me parto. Podéis imaginar mis respuestas. El tiempo porque no depende de mi, pero el resto un drama. Ni tenía la ropa adecuada (había peña muy muy pro, yo iba con mis leggins de las rebajas que en un golpe de viento me hubiera dejado las piernas como cubitos de hielo y un jersey de 5€ del decathlon mu mono pero que para la montaña... como que no) y valga decir que no he estado en forma en mi vida. Aún así no hicimos ni caso al cartel y seguimos andando y como os contaba, llegaron las dos zonas chungas del trekking. Una es casi una hora de tramos de "escaleras" de madera, que acabaron desesperándome. Era demasié pal body y cada poco tenía que parar a descansar porque no podía más. La otra, es una subida bastante mal habilitada para la gente que hacíamos el trekking (la podéis ver una foto donde salgo yo justo aquí debajo), con pedruscos grandes que se iban cayendo y la verdad que acabé la subida sin aliento. Gracias a Dios que continué, porque luego llegó la parte más increíble del trekking.
¿Y porqué me pareció la parte más increíble del trekking? Por varias razones; para empezar nunca pensé que conseguiría llegar hasta arriba y me dio un subidón verme en la cima que me dieron ganas de llorar de la alegría. Después porque a pesar de haber leído sobre el trekking nunca vi fotos, y no me esperaba encontrarme esos lagos de un verde imposible e increíble delante de mi. Me dejaron sin palabras. Además, las formas de las montañas me recordaban mucho a la peli del Señor de los Anillos; llegué a plantearme que no se hubieran dejado durante el rodaje un orco por ahí suelto que pudiera darnos un buen susto, jeje.
Después de hacer el ganso un rato vino la bajada. Mucha gente cree que es de lo más duro del trekking porque no hay donde sujetarse, es todo gravilla y era muy común ver a gente cayéndose y rodando para abajo. Si bien es cierto que yo me caí dos veces y en una de ellas me dí un buen culetazo, al ser anti-deporte (así me bautizó Marcio) la bajada me pareció mucho más asequible que la subida por el simple hecho de que no me quedaba sin aire.
Por tanto, la bajada y el recorrido final, aunque se puede hacer un poco pesado a mi me pareció super relajante. La parte final son más de 2 horas de un camino con un poco de bajada, pero muy fácil de hacer, camino ancho y bien señalizado, y aunque a ratos aburre un poco porque el paisaje es monótono y ya tienes ganas de llegar (el cansancio aquí empieza a hacer mella), a nosotros nos hizo tan buena temperatura que ayudó a que lo disfrutáramos mucho. Os pongo algunas fotitos del recorrido final.
Después de 7h de caminata, buena media para todo lo que me pesa el culo y lo lentos que íbamos (yo por no estar acostumbrada y él por no parar de hacer fotos), llegamos al final del trekking. Casi exploto de gozo cuando vi a la gente tumbada en un porche estirando las piernas. Lo conseguimos. No hay mejor recompensa que esa. El saberme ganadora de mis miedos y de mis limitaciones.
Encima, el resto esperaban hechos polvo que apareciera la furgo que los llevara de vuelta al otro parking, y nosotros pudimos irnos enseguida y poner rumbo a la siguiente ruta.
Paramos en el Lago Taupo. Es un lago muy bonito, pero hay otros tan preciosos en Nueva Zelanda, que éste no destaca demasiado. Marcio se dió un remojón y yo me quedé en coma durmiendo en el coche bajo un sol abrasador. Al rato, ya más descansados pusimos rumbo a Rotorua, lugar donde pararíamos un par de noches y que nos acabó encantando.
Pero, para saber más cosas sobre Rotorua, tenéis que esperar a la siguiente entrada, que aunque hemos tardado mucho en publicar ésta, espero que no tardemos demasiado en ponernos a ello. Un besote.
DATOS ÚTILES
Información y consejos que te ayudarán a planificar tu viaje.
Hicimos el trekking del Tongariro a finales de febrero de 2015, por tanto en su verano, cosa que facilita mucho el trekking. Durante el invierno nieva y hay que tener mucho más cuidado con el clima.
Nos alojamos en en el hostal A Plus Samurai Lodge Backpackers por 18 NZD por persona y cama, un gran descubrimiento tanto por el sitio cómodo y acogedor como por el pueblo de Turangi.
Lo más recomendable es ir al parking Ketetahi antes de las 6 de la mañana, cuando salen los buses que te llevan a Mangatepopo (por 30 NZD), así haces el trekking a tu ritmo y al acabar tienes el coche esperándote.
Guías y consejos para viajar a Nueva Zelanda y disfrutarla con poco dinero.