Kaikoura, fauna y paisajes únicos
Aquí empezó nuestra aventura en Nueva Zelanda, llegando a Christchurch en un vuelo a la 1 de la madrugada. Nada más llegar nos dimos cuenta de lo mucho que se preocupan las autoridades neozelandesas por cuidar su país, con muchos carteles alertando que declares todo aquello que te piden en el típico papel de inmigración, con prohibiciones de introducir en el país fruta o plantas; la multa por introducir una simple manzana es increíble y te lo recuerdan nada más llegar, ¡nosotros incluso tuvimos que declarar que llevábamos máscaras para hacer snorkel!
Así que después de pasar los controles pertinentes teníamos que dormir en el aeropuerto porque al día siguiente habíamos alquilado una campervan para recorrer la isla Sur. Tuvimos la “suerte” de que en el pequeño aeropuerto hay una sala dedicada a viajeros de paso para poder dormir, por 5 NZD (Dólares de Nueva Zelanda) puedes dormir hasta las 5 de la mañana, la parte mala es que nosotros entramos a las 2 y a las 4 y algo ya nos estaban echando, así que el día que empezaba iba a ser duro.
A eso de las 10 nos vinieron a buscar al aeropuerto para ir a alquilar nuestra pequeña furgo con la que estaríamos las próximas dos semanas, y la verdad que aunque la campervan era del milenio pasado (de 1997 concretamente) y se veía a años luz de las nuevas (también el precio estaba a años luz), tenía todo lo necesario para hacernos la estancia más o menos cómoda y nos fuimos la mar de contentos.
Antes de empezar a contaros nuestras aventuras, queremos agradecer a Travelanding porque ha sido nuestra gran inspiración al crear nuestra ruta por el país, Marian tiene un grandísimo blog donde explica con todo detalle sus aventuras. ¡Un abrazo Marian!
Nuestra primera parada era Kaikoura, pero como bien os iremos contando post a post, en este país no solo importan los destinos, el camino para llegar a ellos normalmente suele ser un espectáculo, y el camino hacia Kaikoura no iba a ser menos, desde Christchurch recorrimos una parte de la carretera de la costa, parándonos a comer y a echar la siesta en una zona con cuatro casas y mucho verde, y ahí ya empezamos a saborear la isla sur, que tiene mucha extensión y poquísima gente, y a cada paso te sientes como si estuvieras explorando la zona.
Después de la parada seguimos recorriendo la costa pero no nos dio tiempo de llegar a nuestro destino, nos quedamos en un camping en frente de la playa. Nueva Zelanda está preparadísima para recorrerla con campervan, llena de campings privados y públicos con servicios de todo tipo. La primera noche fue rara como no podía ser de otra manera, preparamos la “cama” y cuando nos fuimos a dormir empezó a diluviar, pero estábamos tan cansados que caímos rendidos en un abrir y cerrar de ojos.
A la mañana siguiente nos levantamos pronto para poner rumbo a Kaikoura, y al llegar nos encontramos con un antiguo pueblo dedicado a la pesca de ballenas (desde aquí hacen excursiones en barco para verlas), situado en una pequeña península, muy tranquilo y encantador, básicamente un calle larguísima al lado del mar, con casas pequeñas con jardín y la parte del centro con diferentes restaurantes y alguna tiendecita.
Antes de hacer el trekking que teníamos pensado fuimos al i-Site a informarnos bien y que nos dieran un mapa de la zona. Los i-Site son puntos de información oficial que tiene cada pueblo o ciudad de Nueva Zelanda, algo que sin duda deberíamos aprender de ellos, no solo informan, sino además te reservan cualquier tipo de alojamiento u actividad, es realmente increíble lo útil que llegaron a ser para nosotros.
Así que nos decidimos a hacer el trekking de Kaikoura Peninsula Walkway (unos 12 km.), tardamos cerca de 4 horas y básicamente consistió en recorrer la península en círculo, recorrimos toda la calle principal hasta la zona donde acaba la carretera y empieza la subida por la colina, y nada más llegar vimos a un par de focas tomando el sol tranquilamente, sin inmutarse frente a los pocos turistas que disfrutábamos el momento.
La zona nos resultó alucinante, llena de prados, acantilados con aguas turquesas, colinas, y casi todo el camino con un fuerte viento que por momentos parecía que no nos dejaba avanzar. Finalmente bajamos de nuevo a la costa llegando a una zona de casas junto a una playa desierta, casi todas con su lancha aparcada, ¡qué paz transmitía ese pueblecito! después de cruzarlo nos adentramos en un pequeño bosque para luego llegar al pueblo.
Llegamos cansados pero satisfechos al final de la caminata, disfrutamos mucho nuestro primer trekking en Nueva Zelanda, sin realmente saber que esta sería la tónica de todo el viaje. Al volver nos cocinamos algo (del tema comida hablaremos en otro momento, que hay bastante chicha ahí) y comimos frente a la playa, al acabar fue cuando nos dimos cuenta que la puerta de atrás de la furgoneta no se aguantaba abierta, y al llamar a nuestra compañía de alquiler nos dijeron que lo podrían arreglar en Nelson, así que esa fue la razón por la que nos desviamos al día siguiente a esta pequeña y bonita ciudad de la costa norte.
Al acabar de comer salimos con la furgoneta hacia el norte siguiendo la costa, la carretera seguía siendo alucinante, nos paramos en Ohau Point donde hay una colonia de focas, en la época del año que fuimos nosotros habían muchas crías, revoloteando y jugando con los charcos que las olas dejaban en las rocas, además hicimos una pequeña caminata bordeando un riachuelo por el bosque hasta llegar a una cascada, donde también te puedes encontrar crias jugueteando.
Es inevitable que durante el trayecto te vayas parando en varios sitios, a echar alguna que otra foto y a admirar el paisaje. Llegamos hasta Brown River Reserve, una zona pública del Departamento de Conservación (DOC) donde acampamos gratis con unos cuantas caravanas más, ni que decir tiene que la nuestra era la más cutre con diferencia, pero ahí estábamos disfrutando igual de la aventura. Y en frente del río cocinamos, cenamos y hasta fregamos los platos, y luego a descansar que al día siguiente nos esperaban muchos más kilómetros.
Siguiente parada, ¡Abel Tasman!
Datos útiles
Lo más barato que encontramos para alquilar una campervan fue Lucky Rentals por unos 60$/día (+ seguro de 25$/día opcional), la pega es que son campervans viejas y no tan cómodas como las de Jucy o Spaceships (ambas más de 100 NZD/día), otra opción barata es Wicked.
Omihi (Camping antes de llegar a Kaikoura): 14 NZD, con duchas, lavabos, cocina y zonas comunes.
Brown River Reserve: gratis (pertenece a la red del DOC), solo hay un lavabo non-flush (un agujero vaya), pero hay que llegar relativamente pronto para coger sitio porque el espacio es pequeño.
Guías y consejos para viajar a Nueva Zelanda y disfrutarla con poco dinero.