Port Barton, una joya escondida en Filipinas
Casi todo lo que relaciono con la palabra "paraíso" lo encontré en este pequeño lugar perdido en Filipinas. Port Barton es una localidad remota de la isla de Palawan, al este de Filipinas. La única carretera de acceso es de tierra y está en mal estado, y en temporada de lluvias la cosa empeora, además solo hay un único jeepney público que llega al pueblo desde Puerto Princesa y no quieres saber en qué condiciones de hacinamiento van los jeepneys filipinos. Así que gracias a este aislamiento Port Barton está a salvo de las hordas de turistas que se deciden más por Sabang o Puerto Princesa, o directamente se deciden por otras islas mucho más turísticas como Boracay o Puerto Galera. Ojalá nunca asfalten esa carretera.
Básicamente el pueblo es una playa de un par de kilómetros de largo con un par de calles paralelas, no hay hospitales, no hay bancos, no hay cajeros, prácticamente no hay internet y casi no hay electricidad, solo de 6 de la tarde a media noche, y a veces ni eso. Si crees que todo esto son inconvenientes es que no me he explicado muy bien, mejor sigue leyendo.
A lo largo de toda la playa se pueden encontrar bastantes alojamientos, ninguno con grandes lujos, la mayoría son simples cabañas con lo básico, aunque puedes encontrar algún que otro sitio con comodidades como un bar o una zona ajardinada. Por tanto aquí hay que venir a relajarse, a disfrutar de la cercanía de su gente, de su playa y de sus magníficos alrededores, y cómo no de su fondo marino, ya sea buceando o haciendo snorkel.
La oferta para comer como comprenderéis es limitada, pero hay un par de sitios con muchísimo encanto como Jambalaya (a pie de playa) o Bamboo House.
La Playa
Nada más llegar a Port Barton tienes esa sensación de haber encontrado algo único, en temporada de lluvias hay poquísimos turistas que vengan por aquí ya que aparentemente no hay mucho que ver, a excepción de una playa increíble, un pequeño pueblecito y mucha naturaleza abrumadora alrededor, pero claro, estas bondades son muy fáciles de encontrar por todo Filipinas.
Al atardecer baja la marea y la playa se convierte en una gran explanada, con colores vivos en el cielo y con un largo manto de palmeras que te hacen sentir un auténtico privilegiado.
En los días que estuvimos en Port Barton quizás vimos a 3 o 4 turistas, así que os podéis hacer una idea de las sensaciones que vivimos en este maravilloso lugar, casi como si lo hubiéramos descubierto nosotros.
Nuestro alojamiento
Llegamos a Port Barton casi a media noche, y tuvimos que despertar a los dueños de un par de sitios para poder conseguir alojamiento, por suerte dimos con El Dorado, donde un chico majísimo nos atendió después de despertarle, y donde pudimos negociar con la dueña un precio irrisorio por unas cabañas frente al mar (unos 400 pesos la cabaña, cerca de 8€ al cambio).
Imaginaos la estampa, cabaña a pie de playa, escuchando el mar nada más levantarte y justo antes de dormirte, y con la gran gran suerte de tener a Lucy como anfitriona (no había más huéspedes en el "hotel"), una filipina muy amigable y con unos dotes de cocinar descomunales, así que cada comida mirando al mar era un auténtico manjar.
En Port Barton tienes muchas opciones de alojamiento a buen precio, y todas en frente o muy cerquita de la playa.
Los alrededores
Te lo resumo en una palabra, ¡brutal! Si te gusta la naturaleza encontrarás lugares increíbles alrededor de Port Barton. Además de su magnífica playa, puedes visitar alguna isla cercana en una banca (embarcación típica de Filipinas), esta actividad es más conocida como "island hopping" (algo así como ir saltando de isla en isla), o puedes contratar a algún chico del pueblo para hacer una excursión de unas horas y disfrutar de una cascada de película (en este caso cascada de Pamuayan). Y si además eres de los que disfrutas del buceo como yo, encontrarás un fondo marino con mucha vida, con la ventaja de bucear prácticamente solo.
Algunos retratos
Nota: Este post está basado en un viaje a Filipinas en 2012, así que muy probablemente la carretera esté más que asfaltada.