Los volcanes son sitios únicos ya de por sí. Pues imagínate uno que expulsa fuego azul y donde trabajan cientos de mineros dejándose la vida. Bienvenidos al Kawah Ijen.

Hoy en día puedes hacer sin guía la excursión al cráter si vas de día (necesitarás transporte privado y alquilar la máscara de gas), y sin duda será una excursión genial y te encontrarás con poca gente, pero después de que National Geographic diera a conocer el fuego azul que produce este volcán único, la mayoría de visitantes prefieren hacer una excursión nocturna (solo de noche puede verse el fuego azul), y ahí sí que hace falta guía. Hay que vigilar con quién se contrata la excursión ya que se forman grupos enormes. Es muy probable que tu guía no te cuente absolutamente nada, pero de todos modos lo necesitas para llegar hasta el cráter.

A este volcán de la isla de Java (en Indonesia) se llega normalmente desde Banyuwangi, una pequeña ciudad al este del Ijen a algo más de una hora en jeep. Normalmente se sale sobre las 12 de la madrugada desde Banyuwangi para poder empezar a caminar sobre las 3 de la madrugada.

La subida

La subida es dura y la oscuridad no ayuda, son unos 3 kilómetros de subida, se tarda unas 2 horas en llegar hasta lo más alto, a una altura de 2.386 metros, así que necesitas ir abrigado.

Te recomiendo que te lleves linterna porque no se ve absolutamente nada, y si vas en un grupo grande se hace difícil seguir al guía. También te darán una máscara antigás para poder respirar bien, ya que a medida que vas subiendo se nota mucho el olor a azufre y puede resultar muy desagradable (además de nocivo). Lo triste es que normalmente los guías no llevan protección, y por supuesto los trabajadores que cargan el azufre tampoco.

El cráter

Una vez llegues arriba falta bajar 300 metros hasta el interior del cráter (unos 45 minutos), y esto es hasta más duro que la subida, no hay un camino bien definido y está lleno de rocas, durante todo el trayecto tuvimos que ir agarrándonos a las rocas para no caernos. De hecho bajar al cráter está prohibido oficialmente, pero todo el mundo baja igualmente. Bajando ya se puede apreciar el increíble fuego azul que sale de la base del cráter. Este efecto es debido a reacciones químicas creadas por las expulsiones de ácido sulfúrico a temperaturas altísimas.

En el cráter también encontrarás un lago verdoso que tiene el curioso privilegio de ser el lago más ácido del mundo. 

Los trabajadores del azufre

Además del fuego azul el Ijen tiene otra cosa única, y es que da trabajo a más de 200 mineros extrayendo y transportando azufre del cráter del volcán. Este lugar deber ser lo más parecido al infierno en la tierra; un infierno de color amarillo, como el azufre que extraen.

Los mineros cobran una miseria pero aún así cobran más que trabajando en un arrozal o en un cafetal (ganan cinco céntimos de euro por kilo de azufre, si hacen 2 o 3 viajes con 60-80 kilos pueden ganar entre 7 y 12 € al día), así que muchos eligen acortar sus vidas trabajando en condiciones durísimas; además de cargar con cestas con hasta 100 kilos de azufre subiendo entre piedras, con frío y viento, tienen que respirar el gas tóxico que los mata prematuramente. Increíblemente, el azufre se utiliza para muchísimas cosas: fertilizantes, azúcar, jabón, cosméticos, neumáticos, pólvora...

Como es lógico cuando comenzó el boom de los tours nocturnos muchos mineros estaban en contra, ya que los turistas entorpecen mucho su trabajo porque el camino de bajada y subida al cráter es estrecho y angosto (y por supuesto no es agradable que te hagan fotos mientras te deslomas). En muchos casos su postura cambió cuando vieron que podían ganar más dinero gracias al turismo, muchos venden figuritas hechas de azufre y en ocasiones pueden ganar más con los "souvenirs" que transportando azufre.

En un país donde el 40% de la población vive con menos de 3 euros al día, trabajar en el infierno parece hasta una buena opción.