Viajo, luego existo.

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Qué ver en el norte y en la costa oeste de Santo Tomé: ruta de playas africanas y Roças

Edificio colonial en la Roça Agostinho Neto.

La costa norte y oeste de Santo Tomé tiene un paisaje maravilloso, salpicada de palmeras a ambos lados de la carretera y con algunas playas donde nos podemos encontrar nada más y nada menos que baobabs, ¡Qué imponentes son!

También en esta zona visitamos 2 roças (antiguas plantaciones que formaban pequeñas ciudades en la época colonial), una de ellas es la más bonita que visitamos en todo el país y también hicimos un trekking con un paisaje impresionante que acabó en una cascada.

Si necesitas información para planificar tu viaje escribimos una guía para viajar a Santo Tomé y Príncipe por libre que te ayudará mucho, es todo lo que nos habría gustado saber antes de visitar el país.

¿Qué ver en el norte de Santo Tomé?

Praia dos Tamarindos

Saliendo de Santo Tomé ésta es la primera playa que te encuentras, a unos 30 minutos en coche. Está muy cerquita de Morro Peixe, y es de difícil acceso, los últimos kilómetros son horribles, llegas a una carretera de tierra llena de baches y seguimos porque veíamos en el mapa que ese era el camino aunque estábamos convencidos de que nos habíamos perdido. Hay un parking para dejar el coche muy cerca de la playa.

La playa en sí está bastante bien pero no la recordamos con demasiado cariño por dos cosas: por un lado porque acabábamos de volver de Príncipe y allí las playas son de infarto (¡qué malas son las comparaciones!) y por otro lado porque aquel día, aunque nos dijeron que no es lo habitual, la playa estaba sucia. Aún así, nos parece una buena parada para verla y pasear o darse un baño. Tened en cuenta que los fines de semana está más llena de gente local, si vais entre semana estaréis prácticamente solos.

Praia das Conchas

Esta playa es la segunda que visitamos, se encuentra a otra media hora de praia dos Tamarindos porque la carretera de la anterior era mala para salir de ella. La playa es muy bonita y la encontramos menos sucia, además habían locales lavando ropa en un riachuelo y niños jugando al fútbol que le dio más encanto al lugar.

Lagoa Azul

Esta playa es preciosa, no sólo por su azul tan maravilloso (de ahí el nombre) si no porque hay decenas de baobabs desde que sales de la carretera hasta que llegas a la orilla de la playa, un fenómeno realmente extraño. Para llegar tienes que desviarte un poco de la carretera principal, pero la carretera no está en malas condiciones. Aquí estuvimos poco más de media hora, viendo los baobabs de cerca y curioseamos en un puesto improvisado de locales vendiendo souvenirs. Nosotros no lo hicimos, pero Lagoa Azul es un buen punto para practicar snorkel o buceo en el norte. Para llegar desde Praia das conchas son escasos 10 minutos en coche.

Neves

Neves es un pueblo situado a 10 km de Lagoa Azul, la carretera es buena y puedes llegar perfectamente en 20 minutos. Neves es muy famoso por el restaurante Petisqueria Santola, un restaurante con muy pocas pretensiones a nivel estético pero el más indicado de la isla si quieres probar centollos (santolas en portugués).

Se ha ganado mucha fama entre locales y turistas, y por 10 euros por persona puedes degustar de un buen plato de centollos. Si no te gustan, también tienen en su carta langosta, pescado y gambas (o camarones).

Santa Catarina y su famoso túnel

El pueblo de Santa Catarina es el último pueblo al que se puede llegar por carretera. Esta carretera no conecta con el sur porque da inicio el Parque Nacional de Obo, con lo cual es imposible dar la vuelta entera a la isla, y forzosamente tienes que volver hacia el norte y después a la capital para bajar hacia el sur de la isla (Jalé, Inhame, Rolas, etc.)

Justo antes de llegar al pueblo de Santa Catarina, en el camino a este final de carretera hay una postal muy característica de este maravilloso país y es un túnel que cruza la carretera, al lado del mar y rodeado de palmeras. Sólo por esta imagen vale la pena bajar hasta este punto. A partir de este pueblo, el resto es selva.

Plantación de cacao Cecab al lado de Roça Monte Forte

La carretera hasta Roça Monte Forte es preciosa, nos coincidió con el atardecer. Esta Roça es una antigua casa en una plantación de cacao, heredada de padres a hijos, situada en lo alto de una colina. En Roça Monte Forte nos alojamos y es un sitio sencillo y con encanto, muy recomendable.

Si sales de la Roça y caminas 2 minutos para arriba encontrarás una cooperativa que se llama Cecab, de las siglas Cooperativa de exportación de cacao biológico. Hicimos una visita improvisada y la verdad es que nos encantó.

En la cooperativa nos explicaron todo el proceso del cacao. Vimos árboles de cacao y su fruto, el proceso de fermento que consta de unas cubas más pequeñas y otras más grandes por donde pasan los granos un total de 7 días. Después pasan a la zona de secado, a la que puedes acceder sin problema y te explican que mueven los granos manualmente con un rastrillo de 1 a 3 horas diariamente.

La cooperativa Cecab actualmente distribuye en sacos de 70Kg más de mil toneladas de cacao al año única y exclusivamente a Francia. Esta cooperativa se nutre de cacao procedente de 37 plantaciones diferentes con un total de 2.301 agricultores. Ellos nos comentaban que pertenecer a una cooperativa es un lujo en Santo Tomé, ya que además de asegurarte la venta de tu producto, la propia cooperativa te costea servicios tan importante como por ejemplo la sanidad, no solo al agricultor sino a toda su familia.

Nos indignó saber que al productor le pagan 15 dobras por kilo, es decir menos de un euro (sí, has leído bien) por un kilo de cacao sin cáscara. El kilo de cacao ya secado se paga a 50 dobras, algo más de 2 euros el kg. Y ahora pensad cuánto cuesta una tableta de cacao de procedencia orgánico.

Nos comentaron que por tener el certificado ecológico tienen un control y unas penalizaciones muy severas en especial si utilizan productos químicos o recogen el cacao verde. La verdad es que es una visita realmente interesante.

Es una visita gratuita, pero nosotros le dejamos una propina al trabajador de la cooperativa que nos lo enseñó porque nos encantó como nos explicó todo el proceso. De hecho fuimos después con él al trekking que os cuento más adelante.

Trekking a cascada dos Angolares

Condujimos en coche unos 30 minutos desde Roça Monte Forte, y llegamos por unos caminos en bastante mal estado hasta donde el coche ya no podía transitar y fue allí donde empezamos nuestro trekking. Nosotros fuimos con Cuco (nuestro guía improvisado), por tu cuenta es muy difícil llegar ya que son caminos de tierra y no hay ningún tipo de señalización de donde empieza el sendero a la cascada.

Normalmente todas nuestras actividades las intentamos hacer por nuestra cuenta, pero en este caso te diría que es mejor que vayas con algún guía local, ya que la ruta en algún punto del camino no coincidía con lo que nos marcaba maps.me (un mapa offline que siempre utilizamos), y siendo sinceros, no me pareció un trekking muy intuitivo y fácil de seguir, no por nivel de dificultad, si no porque en varios tramos puedes dudar de cuál es el camino correcto a escoger y no hay ningún tipo de señalización.

La caminata para llegar hasta la cascada es de 45 minutos sólo ida, es decir 1h y media de ida y vuelta más lo que te entretengas en la cascada. Llegando a la cascada, justo antes hay un túnel que lo tienes que atravesar. En nuestro caso el camino de dentro del túnel estaba completamente embarrado y oscuro, y tuvimos que hacerlo por dentro de un canal por donde pasaba el agua hasta la altura de las rodillas y fue bastante divertido (pero muy probablemente solos no nos hubiéramos metido).

La cascada dos Angolares es muy bonita, rodeada de una vegetación exuberante en la línea de lo que te ofrece este maravilloso país, y no encontramos a nadie, con lo que fue un paseo realmente maravilloso.

En el camino encontramos caracolas gigantes, matabala (un tubérculo similar a la patata pero un poco más duro y muy rico), bananas y cacao.

De vuelta a nuestro alojamiento pasamos por dos Roças: Roça Ponta Figo y Roça Generosa, ambas están casi en ruinas y en ambas vive gente en condiciones muy precarias.

Roça Agostinho Neto

A esta Roça fuimos con la idea de pasar por delante y hacer una parada breve y acabó siendo la Roça que más nos gustó de todo el país, para nosotros es una visita imprescindible.

Algunos chicos de la Roça se dedican a guiar al turista con información muy valiosa para entender el sistema de las Roças en la época de la colonia portuguesa, y dedican el dinero que generan en propinas para seguir formándose y para apoyar a la comunidad, así que al realizar la visita con esos guías locales el resto de la gente que vive en las Roças colaboran mucho para enseñarte su modo de vida. Es muy fácil encontrar a un guía para visitar la Roça ya que se colocan justo en la calle principal de la Roça, al lado de un cartel con la cara de Agostinho Neto (y no te preocupes porque ellos se te acercarán a hablarte).

Nosotros hicimos la visita con Junior y nos hizo de guía durante prácticamente una hora. Llegamos a media tarde a aparcar en la calle principal y se acercaron para explicarnos muy amablemente lo que hacían así que no dudamos en que nos contara todos los detalles de esta Roça.

La Roça Agostinho Neto inicialmente se llamaba Roça Rio de Ouro en 1865. En esta época los portugueses que se encargaban de la roça vivían completamente separados de los locales que las trabajaban. Recordad que aunque la esclavitud como tal fue prohibida en 1876, se seguían realizando trabajos forzados y a cambio de un salario mínimo, comida y techo los trabajadores hacían jornadas maratonianas.

La Roça Agostinho Neto era la roça más grande del país, de hecho, en su momento de máximo esplendor contaba con una línea ferroviaria para llevar el cacao a un puerto cercano.

En la actualidad, viven cerca de 4.000 personas que ocupan los edificios antiguos coloniales y han construido nuevas viviendas de madera. Hay algunas construcciones antiguas en un estado bastante deplorable, como es el caso del hospital de la Roça, que fue el más grande del país con cerca de 200 camas, pero que en la actualidad vive una familia en cada habitación del hospital formando micro comunidades.

Esta Roça es sin duda nuestra preferida, por su historia tan interesante, por la posibilidad de conocerla tan de cerca y por lo bien conservado de algunos de sus edificios. Si os fijáis en los billetes de 5.000 dobras, la roça que aparece impresa es precisamente ésta, la Roça Agostinho Neto.

¿Dónde dormir en la zona norte de Santo Tomé

Mucumbli es el lugar que te recomiendo para dormir en esta zona de Santo Tomé, cuesta sobre los 90€ la noche pero es muy bonito y la situación es genial, con unas vistas únicas y unos atardeceres mágicos. No conseguimos alojarnos aquí porque cuando fuimos a reservar estaba agotado, pero tuvimos ocasión de ver las habitaciones y son muy bonitas. Tienen un restaurante que nos encantó (para nosotros el mejor de todos los que probamos en el país), de hecho fuimos dos veces a comer y disfrutar de las preciosas vistas.

Otra opción muy buena y mucho más económica es Roça Monte Forte (sobre los 30€/noche), esta antigua roça situada en una colina fue nuestra elección. El sitio aunque no tiene tanto encanto como Mucumbli está muy bien, el desayuno estaba muy rico y los dueños eran muy amables. Sí que es cierto que las habitaciones son muy sencillas, tienen un ventilador y un aseo básico.

En definitiva, por el encanto del lugar y por las instalaciones si volviéramos a ir elegiríamos el Mucumbli.

¿Donde comer en el norte de Santo Tomé?

En Mucumbli la comida estaba riquísima, así que sólo os puedo recomendar éste porque nos gustó tanto que hicimos todas las comidas por aquí. Probamos platos típicos de la cocina Sao Tomense como el Molho no fogo, un plato típico elaborado con pescado ahumado y berenjenas. El postre de chocolate está de infarto, si tienen no dudéis en pedirlo. De precio, obviamente que no es precio local, pero no nos pareció nada caro para la calidad que tienen, pagamos unos 30 euros por comer los dos con bebida, postre y café. Una cosa negativa a destacar es que, siguiendo la tónica de la isla, el servicio es un poco lento.

La petisqueria Santola es otra parada interesante de la isla si te gustan los centollos.

¿Cómo llegar a la costa norte de Santo Tomé?

En la costa norte de Santo Tomé, a diferencia de la costa sur, las carreteras están en un estado más que aceptable. Hay algunas zonas, sobretodo la costa que rodea la isla que tiene unos agujeros enormes, pero si vas tranquilo conduciendo te da tiempo de sobras a verlos y esquivarlos.

La costa norte se encuentra cerca de la capital, al primer punto del que os hablamos que es Praia dos Tamarindos se tarda unos 30 minutos en llegar. Eso sí, es indispensable el coche en esta zona, porque los diferentes puntos que ver están cerca entre sí para ver en coche, pero no existe ninguna línea de transporte público regular, y lo que se puede visitar en un día con tu propio coche se puede hacer eterno si tienes que hacerlo con transporte público.

Lo ideal sería dedicar al menos un día y medio a esta zona. Nosotros comimos en la capital y salimos sobre las 14h hacia las playas, y nos dio tiempo a ver las dos playas y el Lagoa Azul. Al día siguiente, madrugando bastante, fuimos a ver la cooperativa de café, el trekking a la cascata dos Angolares y el túnel de Santa Caterina. Paramos a comer y por la tarde visitamos la Roça de Agostinho Neto, así que yendo a buen ritmo necesitas 1 día y medio, y si quieres hacerlo un poco más relajado cuenta con 2 días. También puedes invertir más tiempo en esta zona y hacer algún otro trekking por el Parque Natural Obo o hacer una ruta en bicicleta por la zona (en Mucumbli ofrecen la ruta en bici).

Las distancias entre los puntos principales que visitar son bastante cortas, así que no tendréis que recorrer grandes distancias. Podrás aparcar tu coche de alquiler en todos los sitios sin problema.

Para moverte por la isla de Santo Tomé te recomiendo la empresa de alquiler de coches Privilege Tours, donde por unos 50€ al día puedes alquilar un coche. Puedes contactarles en castellano sin problemas (los dueños son españoles) y nuestra experiencia con ellos fue inmejorable, incluso el chico local que nos dio el coche hablaba español. Tienen diferentes coches pero con el más barato (Suzuki Jomny) tienes de sobras si sois dos, además todos sus coches tienen incluido seguro a todo riesgo.


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