Del desfiladero de Haast a Wanaka
Después de levantarnos pronto para ver el lago Matheson, decidimos seguir bajando con el coche hasta el desfiladero de Haast.
El desfiladero va desde Haast hasta Wanaka. Está cerrado durante la tarde/noche con lo cual tienes que ser previsor. El horario depende del mes en el que vayas así que tienes que ser previsor y mirarlo en internet. Googleando os puedo decir que es una carretera de entre las tres que hay que cruzan los Alpes del sur de Nueva Zelanda y que se encuentra a 562 metros del nivel del mar.
Lo que pasa con estos recorridos en furgo es que son un puto espectáculo. Da igual lo que Google Maps te diga, tardarás el doble. Porque es tan, pero tan alucinante que sientes la necesidad de pararte y de hacer fotos, o de no hacer nada pero sentarte y contemplar la inmensidad de la naturaleza. ¿Sabéis que nos pasó con Nueva Zelanda? Que cada día pensábamos que no se podía superar pero al día siguiente había otro paisaje que nos dejaba más boquiabiertos aún. Si no fuera tan caro, o tuviera mucha pasta, sería el destino ideal para estarte 3 meses y descubrir cada rinconcito de la isla.
Seguimos, que me voy por los cerros de Úbeda y entonces no cuento nada. Durante el desfiladero hicimos varias paradas:
- Thundercreek Fall: Es una cascada de 96 metros. Impresiona bastante, sólo necesitas 5 minutos para llegar y verla pero la vegetación es muy frondosa y da mucho gozo hacer el caminito.
- Fantail Falls: Es una cascada de 23 metros, bastante más modosita que la anterior que está a 10 minutos andando. Vimos que habían muchos totems de piedras, y vaya a ser que diera mala suerte no hacerlo, montamos uno bien chulo y pedimos un deseo (por soñar que no quede, que es gratis).
- Blue Pools: A 15 minutos caminando te encuentras este río super azul. El camino es fácil, y atraviesas un puente colgante que es muy chulo. Nos ayudó a ver ese color tan bonito el día soleado que nos hizo, pero yo me vine arriba y decidí meterme en el río y cuando iba por las rodillas casi muero de congelación, estaba como los polos. Además hay un montón de mosquitos que hace que sea difícil poder quedarse aquí mucho rato a admirar las vistas.
Nuestros siguientes destinos en la ruta serían el lago Wanaka y el lago Hawea y nos sorprendieron muchísimo. Ambos se encuentran uno al lado del otro y fueron cavados por glaciares hace más de 10000 años (ahí es ná). El lago Wanaka continúa formando el río Clutha, que es el más grande de Nueva Zelanda. Y el lago Hawea continúa en el río Hawea, que posteriormente se unirá al río Clutha.
Lo que tenía que ser un recorrido corto acabó siendo un poco largo, pues hicimos un sinfín de paradas para admirar las vistas que luchaban por superarse mientras avanzaba el camino.
Por fin llegamos al pueblo de Wanaka, y después de ir a uno de los benditos i-Site y que nos informaran de las opciones para ir a ver al día siguiente Milford Sound, decidimos reservar el crucero más baratito que nos ofrecían (Nueva Zelanda nos estaba desplumando y nos quedaban muchos meses de viaje por delante). Hicimos una compra en el súper y nos fuimos hasta el Luggate Cricket Club Campground, un camping muy grande y con mucho césped que por el módico precio de 5 NZD por persona, teníamos derecho a 5 minutos de ducha caliente, neveras y lavabos muy decentes. Para rematar nuestra suerte, presenciamos la noche más estrellada que veríamos en nuestros meses de viaje. Estábamos muy cansados, pero eso no nos impidió intentar hacer fotitos, y embelesarnos durante largo rato admirando el pedazo de cielo que se abría ante nosotros.
Siguiente post, Milford Sound. Aquí hicimos el trekking con más encanto de toda nuestra estancia en Nueva Zelanda. ¡No os lo podéis perder!