¡Arrancamos con la segunda parte! Esta vez fue una despedida diferente... salimos a las 5 de la madrugada de casa de mis padres sin hacer mucho ruido. Las despedidas las habíamos ido haciendo los días anteriores, yo personalmente estaba cansada de llorar y de tener esa pena constante, estábamos deseando empezar ya otra nueva aventura.

Habíamos pasado la noche en vela haciendo los últimos preparativos así que el vuelo a Cuba fue genial por dos motivos: en primer lugar porque sólo hacíamos una escala en Suiza, que por desgracia nunca acostumbramos a hacer tan pocas, en segundo lugar porque estábamos tan cansados que nos pasamos los 2 vuelos durmiendo, así que cuando nos quisimos dar cuenta ya estábamos en Cuba.

Nada más salir del aeropuerto empezó nuestro primer reto. La única opción de ir a la ciudad desde la terminal de vuelos internacionales (la nuestra) es en taxi, pagando entre 25-30CUC. Habíamos leído que si caminabas y te alejabas del aeropuerto, pasaba un bus local, y fuimos a por él. Sin saber donde estaba, preguntamos a la gente que nos encontrábamos y 15 minutos después estábamos en la parada del bus (por suerte la parada está en frente de la terminal 2, a la que llegamos). El bus nos costó 0,40MN (moneda nacional o peso cubano) por persona, es decir 0,04€ al cambio, así que imaginaros el dineral que nos ahorramos.

Lo primero que el turista tiene que tener claro cuando llega a Cuba es que utilizan dos monedas: CUC y CUP o MN. CUC o peso convertible es el que normalmente utilizan los turistas. 1 CUC es equivalente a 1$. El CUP o MN (Moneda Nacional) es el peso cubano, y 1$ o 1CUC serían equivalente a 25MN. ¿Qué pasa con esto? Que a veces los turistas pagamos la misma cantidad en CUC que los locales pagan en MN, normalmente en las entradas a museos, parques naturales, etc. con lo cual los turistas pagan la friolera de 25 veces más por lo mismo. También hay que vigilar en los cambios, donde algunos cubanos intentan devolver moneda nacional en vez de convertible.

Habíamos contactado por couchsurfing con la casa particular donde nos hospedamos. Aquí en Cuba además de la oferta hotelera, hay la posibilidad de dormir en casas de particulares (que tienen licencia para arrendar) y suele ser más económico y auténtico. Como en Cuba no es legal alojar a gente en casa gratuitamente, en la web de couchsurfing hay casas pero no son gratis. Nosotros conseguimos una situada entre Centro Habana y Vedado (a unos 20 minutos de la habana vieja) por 18 CUC (los precios medios de alojamiento en casas particulares está entre los 20-30CUC). El bus nos dejó cerca de la casa de Osmara, que vive con su marido y sus dos hijos. Después de acomodarnos, nos fuimos a cenar y seguimos durmiendo para reponernos al jet lag.

En la Habana estuvimos 4 días y 3 noches. En la Habana Vieja puedes invertir tranquilamente un día (o más si dispones de más tiempo) que no te cansas de ver cosas. Nosotros paseamos por las 4 plazas famosas: La Plaza Vieja (que la remodelaron hace poco, así que de vieja no tiene nada), la Plaza de San Francisco de Asís, la Plaza de la Catedral y la Plaza de Armas (esta es mi preferida, tiene un jardín en el centro muy bonito). Recorrimos las famosas calles de Obispo y Mercaderes, pasamos por la famosa Bodeguita del Medio (visitada por muchas celebridades como Ernest Heminway, pero que en realidad no vale mucho), o compramos tartas riquísimas en el famoso Café Santo Domingo. También paseamos por el Capitolio y vimos el monumento a José Martí y nos perdimos por el resto de calles del barrio.

Invertimos unas 3 horas en el Museo de la Revolución. El precio es de 8CUC para turistas y 8MN para locales. Acostumbramos a visitar al menos un museo en cada país donde vamos si es posible. De historia nos hemos comido unos cuantos. Este no se parece a ninguno, es el museo menos imparcial que yo he visto. A lo largo del recorrido se pueden leer frases como: la tiranía de EEUU, la gloriosa revolución, etc. Puedes encontrar hasta una caricatura de Bush y otros dirigentes estadounidenses. Hay toda una planta donde te intentan vender lo magnífico del régimen comunista en el que viven, con las cosas buenas que hace, y un montón de fotos de cubanos felices y sonrientes con su carta de abastecimiento. Lo bueno de este museo es que puedes conocer más a fondo figuras importantísimas en la revolución como Fidel Castro, Raúl Castro, Camilo Cienfuegos o Ernesto "Che" Guevara. Lo malo del régimen, que también tiene, lo tiene que descubrir el viajero por su cuenta.

Si tenéis tiempo os aconsejo ir a Coppelia. Es una heladería gigante, ocupa todo un parque. Hay varias colas, algunas para pagar en CUC (siempre están vacías porque los helados son mucho más caros) y otras para pagar en MN. Cada día hay 1 o 2 sabores como mucho, nosotros probamos el de vainilla y mantecado. Se forman colas eternas, aunque nosotros tuvimos suerte, fuimos un día que casi no había y esperamos sólo 15 minutos. Por 5MN (O,20€) te comes un pedazo de plato (ensalada le llaman ellos) con 5 bolas grandes de helado, una maravilla. Si no queréis hacer cola, visitar Coppelia en otras ciudades como Pinar del Río o Santiago de Cuba.

Dos atardeceres fuimos al Malecón. Son 8km de paseo al lado del mar, aunque la zona más famosa está cerca de Vedado (al final de calle Infanta). Pasear no es fácil en según que tramos porque con las olas, el agua moja el paseo y si te pilla paseando por allí te deja como una sopa (sí, acabé chorreando, jejeje). Sobre las 7, los jóvenes cubanos y cubanas salen al malecón con su ropa más sexy y todas sus hormonas a flor de piel a pavonearse con todo el que se mueve. Es muy divertido sentarse un rato y observarlos, y más si como nosotros, vas un sábado que está abarrotado de gente.

Otra visita que debéis hacer es el callejón de Hamel. A finales de los 90 se creó un proyecto cultural comunitario para fomentar y preservar la cultura afrocubana. Su fundador fue Salvador González Escalona. Los domingos de 12h a 15h hay un espectáculo en el callejón de música afrocubana. Nosotros fuimos pero llovió y no se hizo, aunque la visita por si sola merece la pena.

Finalmente, fuimos una mañana caminando hasta la Plaza de la Revolución, alejada unos 40 minutos de la zona de la Habana Vieja. Se trata de una escultura/ilustración muy famosa del Che con la famosa frase "Hasta la victoria siempre" y otra de Camilo Cienfuegos. No es una maravilla del arte, pero ya que se está en la Habana creemos que es importante visitar los puntos emblemáticos de la ciudad, y este sin duda lo es.